Generales
| Quién | Carolina (35), música. Nicolás (35), odontólogo. |
| Dónde | Barrio Martin. Rosario, Provincia de Santa Fe. |
| Qué | Departamento de tres ambientes, alquilado. |
| Cuánto | Caro vive ahí desde hace tres años. Nico se mudó con ella hace ocho meses. |
La casa y los objetos
| Éxito | Tiene un nuevo (y mejor) look desde la llegada de Nico, que se puso el rearmado al hombro. En cada elección, buscó interpretar los gustos de Caro. Y el resultado parece más la casa de ella que de él. El amor. |
| Aún no | No le encuentran la vuelta al ex-balcón (hoy mini-taller de cerámica). Y siempre amagan con pintar el revestimiento de la cocina, pero aún resiste. |
| Con sus manos | Lijaron y lustraron muebles. Caro cosió almohadones y cortinas. El respaldo de la cama fue el proyecto más ambicioso, y les quedó espectacular. |
| Si fuera suya | Se la tienen jurada a la cocina. Si pudieran, la harían nueva de piso a techo. |
| Tolerancia | Él acepta la cantidad de adornitos, ramitas, piedritas que ella no para de juntar. El torno para cerámica (que construyeron Caro y su papá) le parecía un armatoste, pero lo aprendió a querer. / Ella tolera que él necesite cambiar las cosas de lugar y de aspecto todo el tiempo. |
| Es difícil | Encontrar unas banquetas para el living. Hay muchas en el mundo, pero ellos quieren enamorarse. |
La vida ahí
| Sonido actual | 4ta Sinfonía de Tchaikovsky / Arvo Pärt |
| Especialidad culinaria | Nico hace tartas y Caro hace tortas. |
| Aromas | Son casi catadores de sahumerios. Hoy eligen «Nardo», de HEM, y «Super Hit» o «Nag Champa» de Satya. |
| Limpieza | 7 |
Por qué
| El living de ella estaba armado con tres colchones, dos sillas y una cantidad exagerada de muebles que «zafaban». La propuesta de él (¡deshacerse de todo!) fue bien recibida. Se despidieron del lugar como estaba, no sin melancolía, y subieron mil escalones con esta nueva versión: más cómoda, más personal y muchísimo más cálida. Sueñan con tirar abajo la cocina, pero consiguieron un intermedio muy agradable con telas, maderas, pizarrón y vinilos de colores para levantar los azulejos. Los objetos de cerámica son todos hermosos. Y el rincón donde cobran forma -entre las plantas, el sol y la vista rosarina-, mucho más. |
Fotos: María Tórtora




























