Vale todo / 6 diciembre 2016

Juampi y Vero / Cenas musicales

“No es un evento, es un encuentro”, dice Juampi sobre las cenas que organiza en su casa con Vero, su mujer.

Muchos podrían horrorizarse ante la idea de 25 o 30 personas cenando en su living, pero no es este el caso. A ellos les encanta que haya gente interactuando en su casa. Cuentan que al principio fue un tema; lo charlaron mucho y finalmente decidieron tomar ciertos recaudos para pasarla bien sin preocuparse. Por ejemplo, cerrar la puerta de su habitación con llave y siempre invitar a personas conocidas o conocidos de conocidos. “Está bueno que se generen estos espacios y nos hacemos cargo de eso. Tenemos una casa grande y linda, y nos llenamos de energía cuando viene tanta gente, nos da muchísima satisfacción. Disfrutamos mucho conectando con los invitados y viendo cómo se comparte la música, la comida y un buen vino. Es un reflejo de nuestra relación, lo vemos como un mimo.”

A principios de 2015, mientras tocaba la guitarra con un amigo, a Juampi se le prendió la lamparita: cada vez que dos o más personas se juntan a hacer música se genera un clima único. ¿Cómo se puede replicar eso o incluso mejorarlo, incluyendo otros sentidos?

Así surgió Cuenco: una vez por mes, Juampi y Vero convocan a un músico o banda emergente, un chef y una bodega, por un lado, y a 25 comensales por el otro. Los primeros encuentros fueron trimestrales y en una casona (prestada) en San Telmo, pero ahora que los anfitriones son también los dueños de casa, hay Cuenco una vez por mes en una guarida palermitana con patio selvático y cocina a la vista.

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Estamos invitados

El living en el que se realizan los encuentros es un ambiente amplio y alargado que está por debajo de la altura del patio y del hall de entrada. Esta característica de sótano o refugio genera una intimidad cálida y protectora. La mayoría de los invitados no se conoce entre sí y los músicos que estarán a cargo del espectáculo y/o banda sonora se mezclan entre sus futuros fanáticos.

Cuando hacen las cenas, la planta baja de la casa sufre varias alteraciones: salen algunos muebles y entran otros. “La energía del lugar también cambia bastante, porque cuando estamos solos no usamos mucho el living. En cambio sí la cocina, porque tiene vista al patio y nos encanta. En Cuenco, la idea es dejarla abierta para que los invitados pasen, entren y se sirvan, que interactúen con los que cocinan, que pregunten. Que sea como una casa, porque es una casa.

Bonus track

Si bien los invitados pagan una entrada, Cuenco no deja ningún rédito económico para sus organizadores, simplemente la gratificación de haber unido a las personas con buena música y rica comida. Ese es el principal propósito de los encuentros: dar un tipo de difusión personalizada al músico, fomentando el boca en boca.

Para participar de uno de los encuentros Cuenco o solicitar más información, podés enviar un mail a: cuencoespacio@gmail.com

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Yapa

¿Te suena esta casa? La visitamos para interiores cuando la habitaba otra familia. Podés verla acá 😉

publicado en Vale todo


Vivir creativamente, jugar con la casa como vehículo. Y acá también lo hacemos, presentando cada caso con un formato diferente.

por Valentina Varas

Valentina nació en Buenos Aires en 1991. Es celíaca y nieta de panaderos. Estudió Marketing, escribe poesía (La velocidad de una fiesta. 2016, Pánico el pánico), duerme poco, saca fotos, hace collages e investigaciones y otras cien cosas más.