Mara y Esteban descubrieron aspectos de sí mismos cuando se instalaron en Pergamino, hace varios años. Ella se encontró planificando cosas que en el departamento de Buenos Aires ni se le habían cruzado por la cabeza: hizo en cerámica su propia vajilla, saca fotos que cuelga en las paredes y dibuja lo que quiere que Esteban ejecute. Porque él también empezó a hacer cosas con sus manos (¡de todo!), y tanto le gustó que hoy estudia diseño industrial sólo por placer.

Tienen: ropa a la vista de pared a pared, adornos familiares que admiraban desde la infancia, pinturas de artistas pergaminenses, flores silvestres, reproducciones en el baño, ni un sólo mueble comprado nuevo, almohadones diseñados por amigos, una cocina con aires campestres y un patio que hasta con lluvia copiosa se muestra encantador.

Fotos: María Tórtora