Estamos en Boedo y la casa de Bea nos vuelve locos. ¡Era un cubo re oscuro! ¡Vimos fotos!
Ella hizo los azulejos del baño, de la cocina, del patio y de algún que otro mueble. Muchos de los cuadros también son de su autoría. Consiguió la vitrina verde haciendo trueque con unos jóvenes scout, a los que les enchufó un ropero de pino. Modificó por dentro dos heladeras Siam, que ahora guardan ropa y zapatos. Conectó una bañera en plena planta alta y se da baños de inmersión mientras charla con amigos. Bueno, quizás sólo con su novio…
Tiene una misión: rescatar figuras de jardín abandonadas por sus dueños. A veces el traslado les produce pérdida de miembros, ¡pero la nueva vida lo merece!
Fotos: María Tórtora