Autor: Casa Chaucha

3 ambientes: Malén Denis

la contemplación del desastre o mi casa un domingo tres minutos faltan para las tres de la tarde la temperatura en la ciudad de buenos aires es de tantos grados que dejo de escuchar porque no me importa porque lo que importa es lo que se siente y no un número: tengo puesto un buzo miro la casa en un inmaculado desorden en un estado de no me importa lo que sientas, lo que pienses yo voy a seguir así, medio desordenada, con los pisos sin barrer la casa me sobra me sobra casi todo menos plata la plata nunca sobra la radio se apaga cuando empiezo a pensar y mis palabras se superponen con el audio que rebota sobre las paredes blancas el audio que absorben las paredes blancas que me separan del vecino que nunca se queja de nada me preocupa que nunca se queje de nada me hace pensar que es irresponsable que nunca le moleste un bochinche fuera de hora, que me visiten varias personas el mismo día y que me …

Piezas, cuartos o habitaciones

Sólo se escribe acerca de la muerte por plata o bien por la muerte por amor, o se escribe sobre el amor así pelado, el amor sin muerte, aunque ahora pienso que todo amor es como una pequeña muerte; al fin y al cabo se termina o se transforma en otra cosa, en una cosa horrible, que se vive como una forma de la muerte. Todo amor es criminal, todo amor es un crimen y debería estar prohibido. Y siempre es un misterio. En todo caso a Melissa la habían visto, o mejor, habían visto su pelo castaño, con algún mechón de otro color, que antes había sido rubio, y que al tiempito sería negro azabache, ondeando al final del bulevard, antes de llegar al Club Regatas, doblando por el camino de ripio que lleva a La salamanca, agarrada a Perazzo que estrenaba así su nueva Dax 50. Un misterio su decisión. Le había regalado unos TDKs grabados de Virus en los que había empleado mis ingresos y ella decía que le gustaban mucho. ¿Le …

Piso compartido

El peruano que vive conmigo sale todas las noches, dijo que estaría acá seis meses pero se impone plazos renovables de treinta días para cumplir las expectativas con las que llegó. Roberto es de la alta sociedad de Lima, parece más japonés que peruano, habla rápido, escupe cuando habla, cocina con mucho limón y sus padres no saben que vive en un piso compartido en Perón y Callao. Vende muebles con descuento por internet y gasta todo su sueldo en conocer cada noche un antro de la capital, porque no encontrará paz mental hasta descubrir cuál es la verdadera crema de Buenos Aires. Por el momento tiene tres grupos sospechosos que describe así: vino y caballos, champagne y autos o speed y wakeboard. En la casa cada cual tiene su cuarto y estante en la heladera. En mi estante hay mostaza y varios paquetes de aceitunas Nucete, dicen que va a cerrar así que hace tiempo las estoy estockeando. Desde que comparto departamento me pasé a las descarozadas: me resulta imposible escupir carozos frente a …

La resistencia

No conozco a mi viejo. Y mi vieja, hay cosas de su vida que no me las cuenta. Así que no sé mucho de lo que pasó en mi familia antes de que yo naciera. Nací en Goya, en la provincia de Corrientes; y antes de empezar a hablar, todavía con la teta de mi mamá en la boca, nos vinimos a Buenos Aires. Mi viejo era ludópata y mi vieja cansada de llegar a casa y ver que, otra vez, el viejo había vendido todo para garpar deudas de juego, se cansó. Chau Goya, dijo, sin ningún remordimiento. Fondo blanco y a otra cosa. ¿Qué habrá pensado en ese viaje? La imagen esta: una mujer sola con un nenito recién nacido en brazos camino a una ciudad desconocida. La valentía es eso: enfrentarse a la oscuridad. Walter fue un nombre que eligió mamá. Me gusta. Nunca me dijo de dónde lo sacó. El segundo, Isaac, lo eligió mi papá. Ni idea por qué. Me gusta menos, pero no me lo puedo cambiar. Como me …

3 ambientes: Marina Mariasch

Selección de entradas (2006-2012) del blog de Marina Mariasch. lunes, marzo 13, 2006 De todo lo que me rodea, nada, nada me pertenece En la casa hay sólo dos tipos de objetos: los objetos con valor afectivo y los objetos con valor de mercado. Debería, entre todo esto, buscar algo como yo, pero quién soy yo, esta, aquella, la de más allá. Me siento afiebrada, aunque es sólo el calor. Leo esa poesía, que es pura inteligencia. No hay morbo, no hay especulación. Recurro a un procedimiento del cine: ponerle música infantil a una escena de terror. Más allá, leo «Guía para entrar y salir de la vida ajena». Escucho esta música, que es pura sensación. Aquel día que escribí sobre las casas no sabía nada de los huracanes –ni tal otro, ni tal otro, ni tal otro. Buscando entre las cosas de la casa algo para regalar encuentro una tarjeta con dedicatoria: «Para la música fuerte, la que despierta vecinos». Leo «Instrucciones para reconocer a tus ídolos». Registro los movimientos que hacías mientras dormías. …

Austria

Ni mis hermanas ni yo teníamos agua en casa y fuimos a bañarnos a “Austria”, como le decíamos al departamento que quedaba en esa calle y que había sido de mi abuela. Yo tenía las llaves. Primero había vivido ahí mi hermana mayor, después mi hermana menor, después yo. Eran muchas llaves: la de la puerta de calle, chata y grande como con dos aspas; la de la puerta del ascensor en el sexto piso, especial, dentada, de puerta blindada, que hacía mucho ruido y a veces se trababa; y por último la del palier, una Trábex común. Cuando entramos, vi que había muebles viejos. Mi hermana mayor se fue a prender la ducha. Yo nunca había visto esos sillones verdes, esa mesa ratona con las patas arañadas, mordidas. De pronto me acordé: habíamos vendido el departamento hacía unos meses. Lo había comprado una señora con un rottweiler. Yo no vivía más ahí. Teníamos que irnos. No entendía cómo podía haberme olvidado de eso. Le dije a mi hermana que nos fuéramos. Mi otra hermana …

Pájaro en el río

Había más luz en la casa cuando éramos chicos No veo envejecer a papá no le salen canas no tiene arrugas Hace un terrible esfuerzo por ser el mismo padre del día en que yo nací La muerte de una estrella es invisible -decía papá- nadie puede saber cuándo ocurrió Papá no quiere crecer ni que yo crezca Hace un terrible esfuerzo para que todo se quede así La casa vacía, esperándonos las persianas cerradas todos los libros en su lugar el polvo mudo las fotos del cuarto de Flor a los once años mi cama hecha fría los almohadones en la misma posición la alacena provista por si las moscas Quedarnos así juntos mamá y papá juntos yo junto a ellos sola ¿Puedo ser tu hija para siempre? No me voy Soy un pájaro en el río el cuerpo se hunde más profundo que la luz *** María Zinn nació en Buenos Aires en 1990. Estudió Comunicación social. En 2016, la editorial Gigante publicó su primer libro, Nadie piensa que dios es cool. Actualmente …