De la película Thanks For Sharing.
Adam vive en Manhattan, en un departamento que le aporta a su vida toda la sobriedad que necesita (es un adicto al sexo en recuperación) sin perder onda en el proceso.
Predominan los grises y marrones, pero la abundancia de cuadros y el ladrillo a la vista le dan personalidad a las paredes y evitan que parezca un hotel. Aunque todo tiene un toque más bien moderno, no hay televisores ni computadoras a la vista. No hacen falta, con el ventanal semicircular que se roba todas las miradas.
Codiciamos: la biblioteca amurada sobre ladrillo a la vista (y todo lo que contiene).
Cabe mencionar: la presencia de los mapas: aparecen tres colgados y un globo terráqueo.
Si encontrás una casa chaucha en una película, ¡avisanos! 🙂
valentina@casachaucha.com.ar