De la película Murder of a cat.
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Greta no se intimidó por los supuestos obstáculos de un monoambiente y se adueñó de su casa sin prestarle atención a las reglas de los «expertos». Pintó de verde, empapeló con motivos y más verde y llenó las paredes de amor (su gato, su gato y su gato). Su sillón es una hamaca que seguro se vendía como mueble de exterior.
Todo lo que tiene parece haber sido alterado para encajar en su estilo personal, y ni la alfombra violeta-total se lo impidió.
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*** ¡Gracias Teresita por mostrarnos la casa de Greta! ***
Si encontrás una casa chaucha en una película, ¡avisanos! 🙂
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