Ordeno con la excusa del encuentro,
el goulash de amistad de cada año.
Hay flores, hay velitas, y en el centro
de la mesa bebidas que hacen daño.
De pronto, todo es voces, todo es gente
dejando sus abrigos en la cama;
un racimo comiendo de la fuente,
trece adultos en fiesta de pijamas.
Tras torta, tras canción y tras abrazos,
beoda se retira la manada
dejando sus sillones y sus vasos.
Con frío los saludo desde el vado.
Cuando subo, la casa sigue liada.
Es tan linda con todo desplazado.