La casa de Ángela tiene los muebles provenzales de su habitación familiar, un sillón clarito que fue de su mamá y una mesa ratona que compró. De parte del departamento, un placard coqueto y un balcón lindo. Todo prolijo, todo correcto, todo muy lindo. Pero la onda la puso ella con sus manos.
Colecciona revistas, papeles, postales y recortes, y puede pasarse horas haciendo con ellos collages, decoupage, origami o cuadritos. Pintó los marcos, las sillas clásicas de director, macetas y hasta los casi veinte tiradores del placard. Levantó la cocina eligiendo vajilla y objetos coloridos, todos diferentes entre sí. Mandó flores plásticas alrededor del espejo del baño, y aceptó gustosa los almohadones, uno más lindo que el otro, que cosió su hermana.
Rojo, fucsia, rosa, naranja, verde y animal print. ¿Primavera – Verano 2025?
Fotos: María Tórtora