Matías es decorador, director de arte y diseñador de muebles. En su casa volcó toda su sabiduría, y él mismo ejecutó las tareas. ¡Nada de delegar! Empapeló, armó cada color, pintó paredes, muebles, macetas y hasta los azulejos, a los que después les dibujó las juntas a mano alzada. Línea por línea.
Además de lo que tiene su marca, mucho cayó del cielo y otro tanto buscó con paciencia. Una tarde, mientras paseaba, se topó con el cierre triste de un restaurante y volvió a su casa con seis sillas y una mesa ratona fabulosa. En sus últimas vacaciones hizo un viaje largo en camioneta, y de cada pueblo o ciudad que visitó se trajo una piedra. Dibuja y pinta (sí, también), y enmarca los resultados.
El pequeñísimo Rio llegó para compartir este lugar, y ya aprendió que las plantas sólo las riega Matías.
Fotos: María Tórtora