Daniela es artista plástica y vive en este departamento de Belgrano hace bastante, por lo que tuvo tiempo de hacer planes, llevarlos a cabo y hoy estar instaladísima.
Ella confía en su ojo y no le tiembla el pulso a la hora de poner un clavito en la pared para colgar, entre medio de sus cuadros, un posapava porque le pintó. ¡Esa actitud nos encanta!
Simplezas que sí: Canasta con piñas y cajitas de fósforos, ramitas secas en cualquier jarrón o frasco sobrante, la repetición de hormas de zapatos, el cartel hecho con papel negro, tizas y cintas. Y palabras mayores: La súper pared pizarrón que se luce con un dibujo digno de empapelado que no se consigue, la colección de espejos sobre el sillón, el color de la cocina. ¿Y qué decir del árbol navideño? Un espectáculo.
El comedor, así como lo ven, es donde Dani dicta clases de pintura a chicos. ¡Aunque usted no lo crea!
Fotos: María Tórtora