Vivir donde trabajamos puede ser un problema. Carpetas, papeles y abrochadoras se cuelan entre las medias o los cubiertos, y eso no le gusta a nadie. Pero si lo que invade no son biblioratos sino muchas cosas lindas, el resultado es esta casa.
Ceci vive aquí con su hija Violeta. E instaló en el mismísimo living el showroom y centro de operaciones de Violraviol. Pero sus productos traspasan el límite asignado y aparecen en cada rincón de la casa, dándoles aún más color del que tienen.
Muebles preciosos, una colcha que ya dió que hablar, origami, telas, cintas y retazos como decoración estable… todo espontáneo y a la vez intencional. Pura alegría.
Fotos: María Tórtora