Si creían que un hombre de veintitantos, fanático rehabilitado del comic y de películas de ciencia ficción no podría tener una casa con onda, vean el departamento de Bilo y cambiarán de opinión.
El lugar brilla por la carencia de convencionalismos: Sillones antiquísimos retapizados (y muy baratos) apoyan en una pared decorada con post-it, la pesada mesa de algarrobo heredada del dueño del departamento tiene como centro a un Obi-Wan Kenobi de colección, un premio Martín Fierro trucho cuida la pila de discos, armas de juguete colgantes dentro y fuera del baño y una planta sorprendentemente bien atendida. Y en épocas en las que la gente se compra portarretratos digitales, Bilo elige proyectar diapositivas cualquiera a una pared vacía.
«Tu casa es humorística», le dijeron a Bilo y se aferró al chiste: es trompetista (y periodista) y en lugar de mostrar sus instrumentos prefiere colgar una trompeta de juguete. ¡Esto no es serio! ¡Nos encanta!
Fotos: María Tórtora