Sol vivió unos años en Miami y cuando volvió a Buenos Aires se trajo de todo: muebles que no podés creer, vajilla a montones, lámparas, adornos, cortinas y un novio mexicano.
*********
Hace dos meses que ella y Jogu (ambos diseñadores gráficos) se mudaron acá con Poncho (perro) y Lupita (gata). Pero antes de chillar por las oportunidades traídas de afuera veamos lo que han logrado con trabajo e ingenio.
Los dos juegos de mesas y sillas se volvieron blancos y celestes gracias a la mano de Sol. Lo mismo pasó con los marquitos y sus tonos restaurados. Faltaban estantes en el escritorio y las placas que habían sobrado del piso se convirtieron en unos. Hay más: resolvieron asuntitos de iluminación con cables, portalámparas de porcelana y lamparitas de las gordas. Ilustraciones firmadas por ella aportan el toque de autor y nos recuerdan que hay cosas que ni aquí ni allá pueden comprarse: talento, buen humor y buen gusto.
Fotos: María Tórtora